Posó su mirada fría y penetrante sobre Castellanos
y nobles Guanches, detuvo sus ojos en el De Lugo y hundiendo el puñal en su
pecho, cayó muerto. Un pensamiento, una certeza, cruzó por su mente MAS VALE MORIR CON HONRA QUE VIVIR EN
VILIPENDIO.
Y ESTO FUE SIN DUDA LO QUE PUDO HABER PENSADO:
Corría el año 1495 cuando una bien pertrechada
tropa, al mando de D. Alonso Fernández de Lugo, trepaba por un angosto sendero
bordeado de altos desfiladeros. Abría la marcha un joven oficial de torva
mirada, llevando en una mano una cruz y en la otra una espada, y cruzando el
pecho el arcabúz.
Marchaban muy confiados. Nada podían temer de unos desarrapados
indígenas que al verlos desembarcar habían huido.
Por ambas laderas, perfectamente identificados con
el paisaje, cientos de ojos les vigilaban.
Al llegar casi a la cumbre, el De Lugo ordenó el
alto, y el torvo Oficial clavó la Cruz en el suelo.. y no bien lo había hecho
cuando una lanza, por mano invisible arrojada, surcó el cielo y junto a la Cruz
quedó clavada.
¿Quién fue el infiel, ignorante y atrevido, capaz
de tamaña ofensa. Cuando el oficial alzó la vista vio ante si la figura de un
arrogante y aguerrido guanche quién con
gesto de desafío les conminaba a retroceder.
El Oficial no lo dudó ni un momento, dejó la
espada, cogió el arcabúz y de un certero
disparo dio muerte a aquel atrevido.
Un silencio impresionante cayó sobre el barranco,
roto a los pocos segundos por un aterrador griterío que brotaba de las piedras.
A nadie podían ver, ni tampoco comprendían lo que aquellas voces decían.
¡¡ACHAMAN, ACHAMAN, VENGUEMOS A NUESTRO MENCEY!!!
Las voces callaron. El sol dejó de brillar y miles
y miles de lanzas y piedras sobre los castellanos caían ensombreciendo el
firmamento del Barranco de Acentejo. Entonces dio el De Lugo la orden de
retroceder, obedecida primero con militar precisión y luego, en terrible
desbandada. Aquella huida vergonzosa sin duda, hirió el castellano orgullo.
Alonso Fernández de Lugo nunca olvidaría aquel
lugar, al que dio el nombre de la Matanza de Acentejo.
Y LA HISTORIA SIGUIÓ SU CURSO Y FINALMENTE NOS
DIJO:
Siguiendo órdenes reales, el De Lugo, después de
firmar la Paz de los Realejos con las muy generosas condiciones para los
Guanches, ahora se veía obligado a extenderlas a los Menceyes del Sur y por las
cuales, a más de otras prerrogativas (los fueros) se les garantizaba el mismo plano de igualdad
en derechos y deberes que a los españoles.
Eran órdenes Reales que Don Alonso Fernández de
Lugo rubricó con su firma… Pero en manera alguna, con el corazón. La Matanza de
Acentejo exigía venganza y el así lo había jurado. ¡ICHASAGUA lo había leído en
sus orgullosos ojos!
De forma lenta y solapada para que no llegase al
conocimiento Real, aunque tampoco creo que a éstos mucho les importaría, fue
escudándose en castigos, más o menos justificados, para vender como esclavos a
los más belicosos guerreros y a sus mujeres . Con ello, a más de castigar a la
noble raza guanche, obtenían cuantiosos ingresos.
En fin, de estas iniquidades hay constancia en
abundante literatura. Pero para mi espíritu en cierta manera soñador, confieso
que me ha llamado la atención después de casi cinco siglos respecto a La
matanza de Acentejo ,haya visto la luz “ LA CANTATA DEL MENCEY LOCO”. Vale la
pena escucharla.
La población actual de Tenerife es una mezcla
residual de sangre Castellana y Guanche, así como de otras de muy diversos
lugares.
Y tampoco podemos echar en el olvido las dos
siguientes puntualizaciones:
1)
El dicho
popular: Se es más de dónde se pace que de dónde se nace.
2)
En sus
orígenes lingüísticos el término “GUANCHE”
significa: SOY DE AQUÍ.
… Y por ello, bien podemos afirmar: En mi se dan
los dos condicionantes anteriores, aquí vivo. Soy de aquí, soy Guanche.
D. Miguel de Unamuno, en su temporal e injusto
destierro en Fuerteventura, supo captar con su singular ingenio la
idiosincrasia del sentir isleño y quizás en algún momento pudo oír como algún
canario aplicaba D. Alonso Fernández de Lugo, el calificativo
de “Godo”
El no entró en la discusión, pero si dejó muy claro
el que para el Canario:
EL TERMINO GODO NO INDICA PROCEDENCIA SINO PROCEDER
Y que ese proceder, en
conciencia, siempre ha de ser juzgado no según los usos, costumbres y leyes de
hoy, sino con los que regían en su acontecer.
Si el De Lugo estableció la esclavitud, no debemos
prejuzgar, ya que eso era normal en la sociedad de antaño y él estaba obligado
a recaudar fondos para pagar a los banqueros que habían hecho cuantiosos
desembolsos sufragando la Conquista. Y si esa obligación iba acompañada de
saciar su sed de venganza pues aún mejor.
Ni juzgo su procedencia,
Ni juzgo su proceder
Cada cual piense en conciencia
Si juzga hoy lo de ayer
¿ES JUSTO QUE UN MAL
PENSADO LLAME AL ADELANTADO PRIMER GODO DE LA HISTORIA?
AVIVEMOS LA MEMORIA:
Acentejo fue el lugar
donde el De Lugo y su tropa,
sufrieron cruel derrota.
El Guanche orgulloso pudo
sólo con lanza y pedradas
ahuyentar en desbandada
a las huestes del De Lugo
Quedó la Cruz olvidada
tras la vergonzosa huida,
y junto a la cruz perdida
la lanza guanche Clavada,
¡LA HUIDA!, ¡LA CRUZ! , ¡LA LANZA!
hitos de una humillación
Que no tendría perdón
y que clamaba: VENGANZA
La Conquista terminó,
vino una orden real:
tratémonos por igual
¡Fuera el odio y el rencor!
Pero el De Lugo taimado
nunca olvidó Acentejo:
el Rey es Rey y está lejos;
su orden: papel mojado…
Puso en marcha su rencor,
instauró la esclavitud,
sin respetar la virtud
dejó sembrado el horror.
Muchos años han pasado
y la Historia claro cuenta:
que si bien salvó la afrenta,
quedó godo acreditado
Mas dice el historiador
que en aquel tiempo pasado
lo de godo no era usado:
busquemos algo mejor.
Quede pues, muy bien sentado
mirémoslo de otro modo:
no hubo un Adelantado Godo,
sino un Godo adelantado.
Cinco largos siglos han pasado desde que el De Lugo
arribara a nuestras costas y en tan dilatado tiempo, como es lógico, han pasado
muchas cosas:
Algunas puntuales, como la breve estancia de
Magallanes en busca de su famoso Estrecho, y otras más relevantes como el éxodo
judío que en éstas tierras, tan alejadas de la metrópoli huía de la Inquisición.
A tal punto que alguien bautizó a Tenerife como “Judea la Nueva”
Y llegando a nuestros días, hay un hecho
constatado: Se recuerda al pueblo Guanche como raza de mil virtudes dotada:
Valor, inteligencia y destreza.
Hoy estamos ante un dilema:
¿Somos una colonia española o, como se nos quiere
hacer creer o somos una región más de la lejana España?
¿COLONIA? Por su lejanía y por haber sido
subyugados por las armas de una potencia extrajera, parece que si. Pero al contrario
de lo sucedido en lo que fueron nuestras Colonias en medio mundo, aquí no hay
una población indígena.
REGIÓN O PROVINCIA ESPAÑOLA: La mayoría de los aquí
residentes, con la excepción de un pequeño núcleo romántico o quizás con mayor
visión de un futuro, optan por su españolidad: Somos provincia y además
provincia importante por nuestra situación geográfica; encrucijada entre tres continentes. España así lo ha entendido y
dada nuestra lejanía, nos denominó Provincia, bautizándonos con un apellido:
Península Periférica o Península de Ultramar… y dicen que con los mismos
derechos y deberes que los demás del suelo peninsular.
¿Eso de “LOS MISMOS DERECHOS Y DEBERES QUE LOS
DEMÁS PUEBLOS DE ESPAÑA” no nos hacer recordar la muerte del Gran Mencey Ichasagua?...
Bien, no lo voy a negar, me siento Guanche y añoro
la nobleza de este pueblo; pero mi alma y mi cultura, también me dice y lo
siento, que soy español y mucho me gustaría por siempre seguirlo siendo.
Los Saharauis y Canarias éramos al mismo tiempo
Provincias de España. Recuerdo que, por razones de trabajo pasé un tiempo en el
Aaiún; me trataron con cariño, como lo que de verdad éramos, unos españoles
más.
Bastaron las apetencias soberanistas imperantes en
el Norte de África, para que España a la que se le había pasado el tiempo en el
que se consideraba a los saharauis como hermanos muy queridos, (Recordemos la
Guardia Mora que lucía su garbo y sus vistosos uniformes por las calles de
Madrid,) eran ahora un problema cuya solución la llamada “Marcha Verde” sacó de los despachos para plantearlos en la calle
…. y eso podía llegar a tener una envergadura de la que mejor era pasar.
Hoy los saharauis ya no se lo piden a España,
hoy se lo piden al Mundo: No somos españoles. España, salvo honrosas
excepciones nos abandonó, tampoco
queremos ser marroquíes, ni argelinos, ni queremos ser de nadie mas que de
nosotros mismos:
Queremos que el Mundo nos reconozca como lo que
queremos ser, una Nación Independiente.
Hay un refrán español que dice: “Cuando las barbas
de tu vecino veas quemar pon las tuyas a remojar”
La población de Canarias sigue siendo esencialmente
española, por titulación y raza mientras que los saharauis tan solo eran
españoles por titulación; nuestras costumbres y formas de vivir, en general,
también marcan evidentes diferencias.
Pero hubo un tiempo en el que tanto a Canarias como
a los Saharauis España los consideró PROVINCIAS ESPAÑOLAS. Nosotros seguimos
siéndolo. Ellos ya no lo son.
¿Será que en la balanza política, a más de las
antedichas razones, el ser “Encrucijada entre tres Continentes” pesa más que
unos fosfatos?
No lo sé. Yo no ejerzo como político, ni nunca lo
quise ejercer, ni tampoco, por mi edad, hoy lo podría hacer.. Por ello, con
cierto alivio de conciencia, hoy puedo sumarme a lo que al respecto ha dicho
nuestro Papa Francisco:
LOS CRISTIANOS NO PODEMOS LAVARNOS LAS MANOS,
DEBEMOS METERNOS EN POLÍTICA PORQUE LA POLITICA ES UNA DE LAS FORMAS MÁS ALTAS
DE LA CARIDAD, YA QUE BUSCA EL BIEN COMÚN. LOS CRISTIANOS DEBEN TRABAJAR EN
POLÍTICA. LA POLITICA ES SUCIA, SE DICE. PERO ¿POR QUÉ? ¿SERÁ PORQUE LOS
CRISTIANOS NO SE HAN METIDO EN POLITICIA CON ESPIRITU EVANGÉLICO?
Quiénes por su edad, se sientan aludidos.
Reflexionen sobre ello.
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