lunes, 13 de enero de 2014

PRIMERA CIRCUNNAVEGACIÓN DEL GLOBO EN BUSCA DE LAS ESPECIES

PRIMERA CIRCUNNAVEGACIÓN DEL GLOBO EN BUSCA DE LAS ESPECIES




El desarrollo de cualquier trabajo sobre los epígrafes anteriores, exige resaltar el conocimiento de dos hombres que han entrado por la puerta grande en la Historia:

FERNANDO DE MAGALLANES Y JUAN SEBASTIÁN ELCANO



 Pero también, aunque sólo lo fuere para nuestra pequeña historia local, hay otro nombre que es en realidad, el nombre que nos ha movido a redactar estas líneas:

PEDRO DE TENERIFE

 En una crónica fechada en La Laguna (Tenerife) el 25 de febrero de 2011, el vecino y reportero MELCHOR PADILLA, recoge la siguiente cita del historiador Pedro Martín de Navarrete, en su libro:

"Colección de los viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo xv, de 1837"

 Textualmente dice: “Maestre Pedro fue cogido en la isla de Tenerife por orden del capitán, el día 1o de Octubre de 1519, y embarcado en la SANTIAGO sin que haya noticia alguna de su clase ni patria. Regresaba a España en la Nao VICTORIA y fue uno de los que quedaron presos en la isla de Santiago, de las de Cabo Verde, como consta en la relación de la gente que falleció y que volvió en la Nao VICTORIA, como así consta en el Archivo General de Indias de Sevilla, estante número 3, cajón número 1, legajo número XX , titulado Armadas de la Guarda de las Indias.”

FERNANDO DE MAGALLANES

 Este marino portugués, de orígenes humildes, alcanzó a fuerza de trabajo, seriedad y maestría, la graduación de Capitán de la Marina. 

 Participó en mil batallas defendiendo la bandera de su país, con éxitos sobrados; pero su carácter agrio, ajeno al autobombo y poco dado al cultivo de la camaradería, no era el caldo de cultivo más apropiado para crearse amigos y, a la primera oportunidad, sus jefes se deshicieron de él, enviándole a un batallón de tierra. Fuera de su elemento, que era el mar, no tardó en ser herido en una pierna, a resultas de lo cual quedó para siempre cojo. Ya no era apto para el servicio activo, y en la Corte nada se sabía de su excelente Hoja de Servicios, por lo que le fue asignada una escasa pensión.

 MAGALHAES - que ese era su apellido portugués- lo tomó como un insulto. Pidió y obtuvo, audiencia con Manuel I, Rey de Portugal, al que se presentó no en súplica de reparación, sino dado su carácter, como exigencia a la que tenía pleno derecho. Actitud que el Rey rechazó de plano. Magalhaes, creyendo que con ello iba a ganar la partida, replicó:

“Quiero la autorización Real para marchar a otro país donde mis servicios fueren apreciados.”

 La contestación del Rey Manuel I ante tal impertinencia, no se hizo esperar: “Por mí puede irse el señor Capitán al (...Pero no, un Rey ha de guardar las formas) al país donde mejor pueda ganarse la vida”

 El 20 de Octubre de 1517 cruzó Magalhaes la frontera con España y lo hizo no como un desertor, o un traidor a su patria como desde Portugal después se ha querido hacer creer, sino como un hombre libre que contaba con autorización Real.

En España contrajo matrimonio con Doña Beatriz de Barbosa, hija del Teniente de Alcaide de los Astilleros Sevillanos. Su esposa aportó una generosa dote de 600.000 maravedís y su flamante esposo adquirió la nacionalidad española y españolizó su apellido, que en lo sucesivo sería MAGALLANES.

 Su suegro le puso en contacto con los Consejeros de la Casa de Contratación de Indias, a los que presentó el proyecto que traía en la mente y que de haberlo anunciado en Portugal le hubiera costado la vida:

“Navegando hacia el Oeste, poseo los planos de un paso que, sin entrar en aguas reservadas a Portugal, nos permitirá llegar a Las Molucas”.

 Los Consejeros vieron la gran oportunidad que se les presentaba: Navegando hacia el Oeste y por tanto, sin entrar en las aguas reservadas a los portugueses por el Tratado de Tordesillas, alcanzar "El paraíso de las ricas especias" y elevaron la propuesta al Rey español Carlos I, quien de inmediato lo hizo suya.

 Se organizaría una expedición en la que para sentar las bases, el 22 de mayo de 1518 se firmaron en Valladolid las oportunas capitulaciones, por las que: Carlos I, se reservaba para la corona la parte del león, es decir: Nuevas tierras que fueren descubiertas, y la primacía en la explotación de Las Molucas; y cedía a cambio a Magallanes, el gobierno del territorio en representación del Rey, la protección Real, y una muy generosa aportación económica que correría a cargo en su mayor parte por los armadores y barqueros interesados en la expedición.

 Las cinco carabelas que se ponían a disposición de Magallanes, a quien se le daba el título de Capitán General de la expedición, provenían (dado su estado) de alguna antesala muy próxima a los lugares de desguace. Pero ello no fue un grave obstáculo para Magallanes ya que contaba prácticamente con carta blanca para sus reparaciones, (Stephan Zweig, en la biografía que escribió casi 400 años después de muerto Magallanes, buceando en las cuentas de banqueros y armadores, detalla las escalofriantes cuentas de dichas reparaciones, que sólo el amparo Real logró calmar)

 Los cinco buques, ya hemos visto, se hallaban en muy mal estado; pero eso, con un fuerte respaldo económico, tenía arreglo.

 La tripulación: Unos Mandos, prácticamente todos de alta alcurnia y profesionales de carrera, que nunca aceptaron con agrado la decisión imperial de ponerles bajo el mando de un portugués que además, no poseía más conocimientos profesionales que los adquiridos en los muelles y aumentados con la práctica, pero sin poseer estudios de ningún tipo; ni tan siquiera modales, que eran acordes a su carácter agrio y zafio. La semilla de la discordia estaba servida. El Emperador le dio el mando y su obligación era castigar, con la dureza que cada situación exigiera, toda insubordinación.

 Pero la dotación de marinería que el Emperador puso a disposición de Magallanes, también estaba compuesta por aventureros y delincuentes que se alistaban en la expedición buscando en ella la libertad y la recuperación de una dignidad perdida. Eran hombres de muy distinta procedencia. La mayoría nunca había visto el mar. Y ese conglomerado humano no tenía más arreglo que el de una dura disciplina y, a lo más, en alguna escala, como así fue en la de Tenerife, contratar a alguien con algún mayor conocimiento en el arte de navegar.

 Con esa tripulación y con estos barcos, se emprendió la aventura. Aventura ampliamente difundida en todos los libros de historia. Limitémonos aquí a dar unas breves pinceladas, a través de lo que el destino había reservado para cada una de las cinco carabelas.

SAN ANTONIO

Peso: 120 toneladas. Atemorizada la tripulación por la dureza de la expedición y por el recrudecimiento de la férrea disciplina impuesta por Magallanes tras comprobar que el "paso" que figuraba en sus famosos documentos no era más que la desembocadura de un gran río, desertó, llevándose en sus bodegas la mayor parte de los víveres con los que contaba el resto de los barcos.

SANTIAGO

Peso: 75 toneladas. En una misión de reconocimiento embarrancó, dándosele por perdida. 

CONCEPCIÓN

Peso: 90 toneladas. Le cupo el honor de ganar para la expedición de Magallanes el descubrimiento del "paso" entre el Atlántico y el Mar del Sur (El Pacífico). Magallanes, seguro de que este "paso" tenía que existir, se había encomendado en su búsqueda a todos los Santos y ese nombre le impuso, aunque la posteridad lo rebautizó como "Estrecho de Magallanes".

Con el CONCEPCIÓN quedaban aún dos buques más: TRINIDAD y VICTORIA, no se contaba con tripulación suficiente para los tres barcos, a causa de enfermedades, muertes, y ataques de los indígenas: Era necesario sacrificarlo; y así se hizo: Envuelto en llamas reposó en el fondo del mar.

TRINIDAD 

Peso: 110 toneladas. Inicialmente fue el buque insignia de Magallanes, pero éste, después de lograr con éxito su gran deseo que era comandar la expedición que, por primera vez circunnavegó el Globo, halló la muerte, herido por una flecha envenenada en la isla MACTAN, del archipiélago de Las Islas Filipinas, que el propio Magallanes bautizó, en honor del hijo del Emperador Carlos V.

El Trinidad siguió con el Victoria en busca de Las Molucas, a las que llegaron. Pero, al intentar el regreso, el temporal lo venció.

EL VICTORIA

Peso: 85 toneladas. Aunque en estado deplorable fue el buque que regresó a España. La venta en Amberes del rico cargamento adquirido en las Molucas, bastó para cubrir ampliamente todos los cuantiosos gastos de la expedición.

JUAN SEBASTIÁN ELCANO




 Marino español, nacido en Guetaria (Guipúzcua). Sus primeros pasos en el mar fueron muy parecidos a los de Magallanes, enrolándose en todo barco que le pudiera hacer progresar en sus conocimientos náuticos. De ahí la simpatía que por él sintiera Magallanes, perdonándole incluso el haber tomado parte activa en varias revueltas contra su Jefatura.

 Muerto Magallanes, Elcano asumió el mando, haciéndolo como Comandantes del VICTORIA y consiguiendo cumplir con lo que Carlos V había encomendado a Magallanes: "La misión principal de la expedición es alcanzar Las Molucas". Misión a la que tanto El VICTORIA como EL TRINIDAD dieron fiel cumplimiento.

 En aquel "Paraíso de las Especias" descansaron varios días. Y ya cargadas sus bodegas de ricas especias, el 21 de diciembre de 1521, ambas naves decidieron poner rumbo a España. Lo hicieron por el conocido Atlántico, al que había que retornar atravesando de nuevo el recientemente descubierto Estrecho de Todos Los Santos. Fuertes temporales hicieron desistir de tal empeño al TRINIDAD y esa fue su perdición, pues cayó en manos portuguesas.

 Elcano era consciente del peligro que corría si se viere precisado a violar el Tratado de Tordesillas, como así fue. A la altura de la isla de San Antonio, del archipiélago portugués de Cabo Verde, la falta de víveres y la necesidad de urgentes reparaciones, le forzaron a recalar en ella. En la confianza de no verse descubierto, ideó una plausible excusa: Veníamos por las costas de América cuando un fuerte temporal nos empujó hasta aquí. Estamos faltos de víveres y precisamos efectuar unas pequeñas reparaciones.

 Por la solidaridad entre los hombres de mar los portugueses accedieron. En una lancha del VICTORIA, 11 tripulantes, entre ellos nuestro PEDRO DE TENERIFE, iniciaron los viajes de habituallamiento, pero al cuarto viaje un avispado portugués cayó en la cuenta:

¡Ese barco es el VICTORIA, ES UNO DE LA EXPEDICIÓN DEL TRAIDOR MAGALHAES¡ PRONTO, APRESADLO.

 Pedro y sus hombres inmediatamente alertaron a sus compañeros del VICTORIA, quienes viendo lo que se les venía encima, no tuvieron tiempo más que para cortar las amarras, perdiendo las anclas y, a toda vela, ponerse fuera del alcance de los navíos portugueses, tardos en sus maniobras para poderles alcanzar.

 EL VICTORIA logró al fin arribar a San Lúcar, con sólo 18 hombres a bordo, el 6 de septiembre de 1522: FUERON CASI TRES AÑOS DE DURA NAVEGACIÓN.

 Tras dar las gracias al Cielo, los expedicionarios se dirigieron al Emperador en súplica de que intercediese ante las autoridades portuguesas para la inmediata repatriación de sus 11 compañeros, gracias a los cuales EL VICTORIA pudo llegar a España.

En Guetaria hay levantado un monumento a los 29 héroes, supervivientes de la grandiosa gesta:

"PRIMUS CIRCUNDISTI ME" Y LA CONQUISTA DEL PARAISO DE LAS ESPECIAS

MAESTRE PEDRO DE TENERIFE

 ¿Quién fue ese PEDRO DE TENERIFE?. Lo primero que nos llama la atención a los que nos interesamos por el personaje es la titulación de "Maestre" con la que aparece en el Archivo General de Indias de Sevilla.

 A lo largo de la historia "Maestre" ha sido una cualificación de muy elevado rango en la milicia. Sinceramente en ella no encaja nuestro Pedro; pero si parece más acorde, con lo que de él esperamos, la definición más en boga allá por el primer tercio del siglo XVI, que textualmente dice:

“Maestre, nombre que se aplica a quiénes desempeñan cargos de cierta cualificación en la organización naval”.

De ahí que no resulte nada extraño que haya llegado a nosotros como:

EL PILOTO PEDRO DE TENERIFE

 Ahora bien, parémonos a pensar en el momento histórico en el que Magallanes arribó a las costas tinerfeñas: Era el año 1519.

 Nuestra isla fue la última en ser conquistada. En un primer intento, corría el año 1494, cuando Alonso Fernández de Lugo desembarcó en las playas de Añazo y, previo pacto con el Mencey de Anaga y Güimar, levantó su campamento y partió con sus huestes hacia el Norte de la isla, sufriendo a manos de los guanches una severa derrota, razón por la que se conoce a aquel lugar como LA MATANZA. 

 Los supervivientes reembarcaron para la vecina isla llamada Canaria, para regresar, nuevamente, dos años después, apoyados por un importante contingente de lugareños de canaria, logrando con esa alianza entre canarios y españoles derrotar a los guanches en el lugar que bautizaron con el nombre de LA VICTORIA. 

 Hay quien piensa ¿No estarán trastocadas esas denominaciones?; También hay quien quiere ver en aquella alianza el germen remoto y deteriorado por los años, del fenómeno social que hoy se conoce, en desdoro del Archipiélago, como el "Pleito Insular".

 Pero, volviendo a lo que nos ocupa, desde el fin de la conquista hasta la llegada de Magallanes sólo pasaron 23 años. 

 Voy a aventurar mi hipótesis que, hasta cierto punto, creo que no carece de fundamento, pero, parodiando un "slogan" bastante conocido: Con esa fratricida “VICTORIA” ya que en ella contribuyeron decisivamente aborígenes de la “Isla Hermana”, se logró el apaciguamiento de nuestra cercana Costa Sur, hasta el valle de Güimar; pero la lucha continuaba por el Norte. Un nuevo hito en ese paso a paso de la conquista, lo marcó en el año 1497, la llamada “ Paz de los Realejos”. 

 Pero esa paz tampoco puso fin a la contienda. En los altos del Norte se atrincheraron los guanches con sus jefes y nobles. En los bajos montaron su acuartelamiento las huestes invasoras, con todos sus nobles. Los guanches defendían los Fueros que, en reconocimiento a la heroicidad con la que defendían su territorio, le fueron concedidos por Fernando el Católico, abuelo de Carlos V. La resistencia cada día era más difícil y se convocó una reunión para buscar una honrosa rendición.  
 Por los aguerridos guanches iba el Mencey ICHASAGUA, en cuya persona estaban agrupados todos los Menceyatos del sur y ante el estupor general, ICHASAGUA, antes de firmar la rendición al grito de VACAGUARE, quiero morir, se clavó en el pecho su propio puñal, cayendo muerto... Era el año 1505; con la trágica muerte del valiente Mencey se puso punto final a la conquista de Tenerife. El Nieto derogó parte de los Fueros concedidos por su Abuelo; pero el reparto de tierras entre los Conquistadores fue mucho menor que en otras islas, manteniéndose muchas zonas, especialmente en nuestras cumbres, como terrenos de protección comunal.

 Y, volviendo a lo que nos ocupa, hay que resaltar que desde aquel apaciguamiento de la zona sur y la llegada de Magallanes, transcurrieron tan sólo 23 años y, teniendo eso muy presente, voy a aventurar mi hipótesis que, hasta cierto punto creo que no, carece de fundamento, pero, parodiando un “slogan” bastante conocido:
¡SI ENCUENTRA ALGO MEJOR CÓMPRELO¡

 Magallanes no iba a contratar a "uno más"; bastantes problemas tenía con la "leva" que el Emperador le endosó. De hacer una nueva contratación tendría que ser la de una persona que aportara algo positivo a la expedición. Alguien que reuniera, al menos, los siguientes requisitos:

* JUVENTUD: 20 años o quizás muy pocos más. La travesía iba a ser muy larga y dura, (en las bodegas se habían cargado víveres secos para dos años). Era una edad que venía a fijar la fecha de nacimiento en los años de terminación de la conquista de la isla.

*CONOCEDOR de las artes de navegar: Arte que los guanches desconocían. En aquellos momentos tan solo poseía tales conocimientos algún Piloto que hubiese llegado con las huestes de Fernández de Lugo. Y, para no perdernos en el relato, llamemos a éste Pedro. Había muy pocas mujeres europeas y éstas no se movían en las mismas esferas en que lo podía hacer Pedro. Por lo que resulta de toda lógica que él se uniera a una aborigen, una joven de raza guanche. Tuvieron un hijo al que pusieron por nombre Pedro y sobre el cual, a lo largo de los años, su padre volcó todos sus conocimientos náuticos, como así lo debían reconocer sus convecinos.

*HÁBIL Y VALEROSO: Atributos impresos en su sangre GUANCHE.
SOBRE LA ESTANCIA DE LOS EXPEDICIONARIOS EN TENERIFE AÑO DE 1519.
NOTA TOMADA TEXTUALMENTE DEL DIARIO DE PIGAFETTA:
"Partimos de San Lucar el 20 de Septiembre, dirigiéndonos hacia el sudoeste, y el 26 llegamos a una de las islas canarias, llamada Tenerife, situada en 28 grados de latitud septentrional. Detuvímonos ahí tres días en un sitio adecuado para procurarnos agua y leña; enseguida entramos en un puerto de la misma isla, llamado Monte-Rosso, donde pasamos dos días".

 La inconcreción de Pigafetta al tratar la escala en Tenerife, cuando en los futuros acontecimientos relatados en su "Diario" siempre fue prolijo aún en los más mínimos detalles, es reveladora de que para él no tenía importancia alguna. ¡Una vez abandonada la isla la aventura iba a comenzar¡

 Estudiosos del tema han creído que los tres días de estancia primeros tuvieron que ser o bien en Garachico o bien en el Puerto de La Orotava, o bien...; pero no, en Santa Cruz de Tenerife, que en aquel entonces no pasaba de ser un pobre barrio pesquero de La Laguna. Y ello, hasta cierto punto, es cierto, pero olvidan las crónicas locales, y es sabido, que Magallanes, durante esos tres días, acudió a La Laguna para presentar sus respetos a Don Alonso Fernández de Lugo y ese viaje, de ida y vuelta, no podía hacerse ni desde La Orotava, ni desde Garachico, ni desde cualquier otro punto del Norte, que requerían desplazamientos de más de una jornada y por caminos poco frecuentados. 
 No así desde nuestro "barrio pesquero" que bien a pie, en una caminata de pocas horas, o bien por caballerizas y por un camino muy trillado por su frecuente uso, era el único que hacía posible dicha visita de cumplimentación. Y como lugar de fondeo de la Flota, pudiera haber sido la playa de Añazo, como antes lo habían hecho los conquistadores o, mejor aún, por sus condiciones naturales de abrigo, en el lugar conocido como El Bufadero, donde bien podían abastecerse de todo cuanto necesitaren; excepto el cargamento de pez preciso para los previsibles trabajos de calafateo y cuya entrega aún se demoraría un par de días. Magallanes. que no veía con buenos ojos el prolongar su estancia en aquel lugar de pescadores, con sus tabernas, que eran permanentes tentaciones para su tripulación, dispuso levar anclas y dirigirse a un lugar más tranquilo y no muy alejado de Santa Cruz, dónde esperar el cargamento del pez.

 Que El Médano, en la costa de Granadilla, era en 1519 un lugar tranquilo no cabe duda alguna. Estaba muy poco poblada, siendo sus moradores, en su mayor parte, guanches que defendían aún su reducto de las avaricias del Conquistador. Piénsese que los primeros pobladores de Granadilla llegaron sobre el año 1560, con gentes venidas de fuera, especialmente portugueses, encabezados por Don Gonzalo González Zarco, con el título de Fundador. Y así pasaron años y años, como nos lo hace ver el historiador fray Alonso de Espinosa, quien ya entonces, en el año 1591, se refiere a los habitantes de Arico y Granadilla "lugarejos habitados por gente honrada".

 Pasaron los años, no se cuantos, muchos o pocos. Estábamos muy alejados de la metrópoli. Las noticias tardaban en llegar y las pocas que llegaban hacían más referencias a los tesoros procedentes de América: La Fuente de La Juventud, el oro de los Aztecas, las maravillas del Nuevo Mundo, que al ya desfasado viaje de Magallanes, aunque éste fuese posterior.

 Los portugueses que fundaron Granadilla si tenían un motivo patrio para no olvidar a su "Magalhaes"; pero Granadilla es ya su querida Granadilla y siempre han vivido buscando todo cuanto la pudiere honrar; es un permanente buscar en el pasado cuanto la pudiere enaltecer en el presente.

 Y así lo ha reconocido el Gobierno Canario, cuando por acuerdo unánime le concedió el pasado 11 de marzo de 2010, el título de: 

HISTÓRICA VILLA DE GRANADILLA DE ABONA EL DESPERTAR DE LA MEMORIA

Sabemos que Pigafetta en sus Memorias cita como las naves de Magallanes fondearon al amparo de Monte-Rosso; Esta referencia, estuvo durante mucho tiempo dormida aunque nunca olvidada en la mente todo buen Granadillero.

 También sabemos que Pigafetta repartió, con gran liberalidad y, por supuesto, como "auto-propaganda" hacia su proyecto de prosperar como escritor, copias de esas Memorias. Yo mismo poseo una copia en castellano de una de esas copias. Quizás alguna de éstas, al cabo del tiempo, recaló por estos lares, siendo esa lucesita la que despertó amodorradas conciencias. No hacía falta mucho más para Granadilla, pero, al parecer, sí más, mucho más, para nuestras gentes de Santa Cruz.

GRANADILLA DESPERTÓ SU MEMORIA, UNA VEZ MÁS, DEL PASADO REVIVÍA ORGULLOSA SU HISTORIA: LA FLOTA DE MAGALLANES SALIÓ DEL MÉDANO; PLAZAS, CALLES, ESCULTURAS, HAN SIDO LEVANTADAS EN SU RECUERDO.

 Pero en Santa Cruz de Tenerife, donde un hijo suyo llevó el nombre de TENERIFE unido a la gloriosa gesta, no sólo desde la partida del Médano sino a lo largo de toda la expedición, hasta su regreso a las costas españolas, NADA SE HA HECHO. Nuestra memoria no es que siga dormida: Es que nadie ha querido despertarla. Ha pasado tanto tiempo que ya, por pudor, mas vale callarnos.

 Me da vergüenza de que bajo el manto del pudor intentemos tapar lo que no es más que desidia, dejadez, falta de amor a la tierra que nos ha visto nacer.
Estamos moralmente obligados a reconocer y a que el Mundo reconozca el paso por la historia de quien nos sentimos orgullosos: Un humilde PILOTO PEDRO DE TENERIFE

 Hagámoslo con un sencillo monumento, con una plaza o con una placa, con lo que sea, PERO HAGÁMOSLO.

HAY QUE HACER ALGO. EN MEMORIA DEL PILOTO PEDRO DE TENERIFE MIEMBRO DE LA EXPEDICIÓN DE MAGALLANES DE QUIEN LA HISTORIA DA FE SUPO UNIR EL NOMBRE DE TENERIFE A LA GLORIOSA GESTA:
"PRIMUS CIRCUNDISTI ME"

Miguel Orozco Maffiotte Santa Cruz de Tenerife. 30/V/2012
Publicado en la Revista Capitán nº 21 / I 2012

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