miércoles, 9 de abril de 2014

LA SANTA MISA


¿SOY CREYENTE?

Recientemente “y por motivos muy especiales” me plantee esta pregunta. Sinceramente me auto-contesté: Si, lo soy. Pero a continuación me surgieron mis consabidos “Si, pero..”

¿Y MIS NIETOS?
Y ME REPLANTEÉ LA CUESTIÓN

Cuando yo era pequeño, mi madre me obligaba a ir a Misa. De aquella lejana fecha tan sólo recuerdo el comentario de un amigo, al que en aquel entonces le di toda la razón: ¿No te parece que cuando el Sacerdote dice “ESTE SACRIFICIO MIO Y VUESTRO” se está refiriendo al ¿Sacrificio de él por todos los Domingos soltarnos este rollo y el Sacrificio nuestro por aguantarlo?

Ese comentario me animó, PORQUE SOY CREYENTE, a dirigirme a mis nietos dándoles mi visión del qué y el porqué de cada uno de los momentos de la Santa Misa.

A mis nietos mayores (con creces han pasado de los 20 años de edad), con el exclusivo objeto de que se detengan a pensar; y, si quieren, a que me planteen los si, pero… que se les ocurra.

Y a mis dos nietos más pequeños (Uno en la primera comunión y el otro en plena preparación para la confirmación) para dialogar con ellos y comprobar, como efectivamente compruebo, que están mucho mejor preparados de lo que yo estuve a sus edades.

Antes de pasarles las adjuntas reflexiones lo que no haré sin la aprobación o reparos de un culto Sacerdote de toda mi confianza, respeto y admiración-le pregunté a uno de ellos ¿Qué piensas de la Misa? Con la confianza que le inspira el abuelo me contestó: Me gusta; me siento feliz cuando estoy en Misa, y hay un momento en el que me imagino y cerrando los ojos lo veo, que es como si se abriera una ventana que me permite por unos instantes ver el Cielo. Es cuando el Sacerdote dice: “LEVANTEMOS LOS CORAZONES  y le respondemos LO TENEMOS LEVANTADO HACIA EL SEÑOR” y el Señor está en el Cielo. Qué pena que ese momento no dure más…
Recuerdo que yo le contesté: No te parece que a lo que se nos está invitando es a que levantemos los corazones a la Sagrada Hostia que se está consagrando? Su contestación fue tajante: Si, desde luego.. pero mi visión también me gusta. ¿Me lo contestó… Me hubiera gustado que me lo contestara… o lo soñé?

¿SOY CREYENTE?

O como bien dice la hoja parroquial que ha caído en mis manos: Me he ido diluyendo en la práctica de unas rutinas que no nos atrevemos a abandonar por un arraigado AMOR ¿TEMOR?

Me replantee la pregunta: ¿Soy Creyente?

Si, indudablemente Sé que lo soy. Lo soy, de corazón, cuando rezo el CREDO…. Pero también reconozco que soy un creyente “adormilado”. ¿Cómo puedo decir que creo en Jesucristo.. y quedarme tan tranquilo, sin mostrarle mi agradecimiento?

Doy gracias al Padre y sé “que es mi deber y mi salvación”. Y sé, al menos los que están antes mis ojos, cuáles son los favores recibidos.

Voy a Misa los domingos y fiestas de guardar. En el cumplimiento de este precepto me gustaría detenerme, y lo hago no sólo por mi sino también por si estas reflexiones pudieran ayudar a otros.


PREÁMBULO

NOTA: Por supuesto no soy ningún teólogo;
He intentado documentarme con algún texto que me ayude a exponer el tema propuesto.
Esa ayuda la he encontrado de la mano del hoy monseñor  SCOTT HAHN, un Ministro Protestante, a quién el señor tendió su mano y hoy es Sacerdote Católico.

NOTA II: Antes que el “niño” en cuya sencilla mente pretendo imbuirme, siga escribiendo, quiero a modo de inciso, dejar constancia de un pensamiento de monseñor SCOTT: "La clave para comprender la Misa es es el libro bíblico del Apocalipsis, y más aún, la Misa es el único camino por el que un cristiano puede encontrarle verdaderamente sentido al Apocalipsis"

Quién quiera profundizar sobre éstas afirmaciones, debe leer con interés su libro:


 Y ahora,  con la pretendida sencillez que me impongo y que bien Sé que sin la ayuda del Señor ha de estar totalmente fuera de mi alcance, voy a seguir pensando en “voz alta”.

Por repetitivos, resulta evidente que los ritos de la liturgia cristiana son frases hechas que han pasado la prueba del tiempo. La Misa está formada por la liturgia de la Palabra y la Liturgia Eucarística, quiénes unidas, conforman un solo todo:

UN OFRECIMIENTO: ¡EL SACRIFICIO DE JESUCRISTO, QUE RENUEVA LA ALIANZA CON DIOS PADRE!

Ambas liturgias se subdividen en distintos episodios y cada uno de éstos  episodios tienen en la liturgia su razón de ser; y es la liturgia la que nos dice de dónde vienen y su para que están ahí.

Si no conocemos qué es la Misa, a nadie puede extrañarle que caigamos en el aburrimiento de una rutina, que ya nos la conocemos de memoria, por lo que nuestra mente a menos que sintamos profundamente el amor al culto, vuela, pensando en otras cosas, mientras seguimos la Misa maquinalmente.

En una rutina, sí; pero las rutinas nos son necesariamente malas, y hemos de tener presente, que en la liturgia las frases hechas han pasado la prueba del tiempo y además, recordemos, están ahí por algo y para algo.

Por supuesto, lo que sigue no es un Misal; son simples comentarios dirigidos a captar el interés de los asistentes a las Santa Misa, resaltándoles su papel de PARTICIPANTES e intentando dejar constancia del qué y para qué de cada momento de la liturgia.
Reconozco que soy un lego en la materia; por ello de antemano pido perdón si en algún comentario no llego o, lo que aún sería mucho peor, si me paso.

Comprendo que me digan: Si eres un lego en la materia, por que te metes en “caMisa de once varas” . Yo ya me lo he dicho a mi mismo. Pero pienso que si sólo escribiéramos de lo que somos doctos, la lectura sería aburrida: Se acabaría la fraternal controversia. Se acabarían los añorados: “Si Peros” tan necesarios para profundizar en cualquier materia; el “Lo comprendo, si, pero….”

Que soy un osado, lo sé; si pero….

LA SANTA MISA ES EL OFRECIMIENTO DEL SACRIFICO DE JESUCRISTO QUE RENUEVA NUESTRA ALIANZA CON DIOS PADRE. Y es evidente:

JESUCRISTO es el único con poder para renovar esa Alianza, y en su ES EL MISMO JESUCRISTO QUIÉN PRESIDE LA MISA.

El sacerdote celebrante actúa “IN PERSONA CHRISTI”

COMIENZA LA MISA
LA LITURGIA DE LA PALABRA

LA ENTRADA

La Señal de la Santa Cruz.

El mayor pecado de la historia humana la crucifixión del Hijo de Dios, se convierte en el mayor acto de amor y misericordia: La Cruz es el medio por el que llegamos a ser participes de la naturaleza divina, de la que formamos parte por el Sacramento del Bautismo (Sacramento que viene de la palabra latina JURAMENTO)
Al hacer la señal de la cruz estamos bajo juramento en un acto de culto: La Santa Misa.


Ritos Introductorios

No estamos en Misa como simples “oyentes”, no venimos a  “oir” Misa, que también, sino, muy principalmente, como PARTICIPANTES; HEMOS VENIDO A DAR TESTIMONIO de que somos Hijos de Dios.

Rito de la Penitencia

Antes de entrar en el rito Eucarístico, debe preceder un acto de constricción. Nadie nos acusa, somos nosotros mismos quiénes nos acusamos “….Yo confieso antes Dios todopoderoso” (no podemos negarlo, somos pecadores). “Señor ten piedad…

Como ha dicho el papa Francisco: PECADORES SI; CORRUPTOS NO.

El problema no es ser pecador, sino no arrepentirse del pecado, no tener vergüenza de lo que hemos hecho. Pese a que Pedro era pecador, Jesús mantúvo su promesa de edificar sobre él su “Iglesia”

Todos somos pecadores, todos somos tentados por el maligno. Se cuenta del Papa Francisco la anécdota de que en cierta ocasión una mujer le dijo: Padre, yo nunca tengo tentaciones; y Francisco le contestó: “Hija mía o eres un ángel o eres medio tonta”.

Lectura de las Sagradas Escrituras

(Conviene saber que las lecturas que oímos en las Misas de los domingos están programadas para un ciclo de tres años en un libro llamado “Leccionario”)

En la Liturgia Eucarística se nos presenta el Cuerpo y la Sangre de Cristo y somos muy conscientes  en el cuidado de que no se nos pierda ni una minúscula partícula de su cuerpo.

Pues bien, en la litúrgia de la Palabra, esa palabra es la palabra de Dios: Tampoco podemos permitir que se nos escape, por falta de atención, ni la más mínima parte de lo que Él nos dice. Tenemos que estar atentos, porque es Dios quién nos habla, y además y también, porque en las lectúras, y no lo olvidemos, desde el principio de la Misa, estamos bajo juramento. La homilía no tiene necesariamente que ser entretenida, el Espíritú Santo también puede obrar a través de un predicador aburrido.

El Credo

Es la fe en unas pocas líneas: El credo es una recta interpretación de las Escrituras.

NOTA: (Aquí hago un pequeño inciso por algo que me llamó la atención. Se nos dice que una de las mas terribles penas del infierno es la de estar privados de la presencias del Señor. ¿Entonces como es posible proclamar que… Bajó a los infiernos” En mi mente de niño, me cupo pensar que para Dios nada es imposible. “Cegó momentáneamente los ojos de los condenados a la pena eterna, para que ellos no pudieran verle”; quizá haya alguna otra explicación, más doctrinal, pero para mi mente infantil, la mía me vale) (el 16/02/14 en la Misa en la que actúaba como oficiante en la Catedral de Toledo el obispo titúlar al proclamar el Credo, obvió este tema, pues dijo: … Al tercer día resucitó entre los muertos, subió al Cielo… Omitió (o al menos así me pareció a mi, lo de bajó a los infiernos).

En este punto, la litúrgia de la Palabra llega a su fin y entramos en la litúrgia Eucarística, desgranada en sus pasos:

OFERTORIO
PLEGARIA EUCARÍSTICA
EL PADRE NUESTRO
EL RITO DE LA COMUNIÓN
EL RITO DE LA CONCLUSIÓN
LA BENDICIÓN
ITE MISA EST 

La Liturgia Eucarística

EL OFERTORIO

En el ofertorio se pone de manifiesto nuestro compromiso para sostener la Obra de la Iglesia: Nuestra colaboración personal, la cuestación… y también algo muy grato al Señor: La ofrenda del Pan y el Vino, que en sus manos después se convertirán en su Cuerpo y Su Sangre.

Plegaria Eucarística

El sacerdote mezcla el agua y el vino en el cáliz y levantando los dones, nos invita a que levantemos el corazón.
¿A dónde levantamos el corazón?: Sin duda, al Cielo. Es un momento maravilloso si en nuestro corazón lo contemplamos no con la vista, sino con la fe: Estamos rodeados de ángeles y santos. ¡Que nuestro corazón se alegre y sepa saborear ese momento!

Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión salvadora de tú Hijo, te ofrecemos esta acción de gracias al Sacrificio vivo y santo.
Y termina la plegaria Eucarística cuando el sacerdote levanta el cáliz y proclama: “ A ti, Dios padre omnipotente todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. (Momento este en el que nuestros corazones deben estallar de júbilo, con un muy fuerte. AMEN)

LA ORACIÓN DEL PADRE NUESTRO.

Los discípulos le dijeron a Jesús: Enséñanos a orar. Y él les enseñó el PADRE NUESTRO.

Y es precisamente en el contexto de la Misa (el Cielo en la tierra) donde se cumple la oración del Padre Nuestro palabra a palabra:

Padre Nuestro: Por el sacramento del Bautismo hemos sido hechos “Hijos de Dios”

Que estás en el Cielo: en la Misa estamos en Él en el Cielo.

Santificado sea tú nombre: Lo santificamos con la celebración de la Santa Misa.

Venga a nosotros tú reino: En la Misa estamos en el Cielo; Su reino. Pero esta petición al Padre es nada más y nada menos que el que erradique de nuestro mundo el odio, las envidias, la falta de amor. Vena a nosotros tú reino, trayéndonos el amor, la Paz, la Concordia.. y, sobre todo, la caridad. Tú lo has dicho, Señor: …. Si no tienes caridad nada vales”

Hágase tú voluntad en la tierra como en el Cielo: Uniendo el Sacrificio que celebramos en la Misa, como el Sacrificio eterno de Jesús: Se ha hecho la voluntad de Dios tanto en la tierra como en el Cielo. TÚ VOLUNTAD SEÑOR: QUE NOS AMEMOS COM TÚ NOS HAS AMADO.

Danos hoy nuestro pan de cada día: Jesús no especificó qué pan era al que se refería; pero si al pedir al Padre “Nuestro pan” parece evidente que estamos conectando directamente con la Eucaristía.

Pero en los momentos actúales en los que el hambre azota  a gran parte de la humanidad, podemos divagar pensando que lo que le pedimos al Padre es que toque el corazón de los hombres para que el manto de la caridad se extienda y haga que “el Pan de cada día” llegue a todos los hogares.

Esta obligación sobrepasa el poder del hombre Recae en los gobiernos de las naciones. De ahí que el Papa Francisco haya dicho: “Los cristianos no podemos lavarnos las manos, debemos meternos en política porque la política es una de las formas más altas de influir en la caridad….”

Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden: La Comunión perdona todos los pecados veniales; hemos recibido misericordia, y en la Misa,  nos mostramos misericordiosos con los que nos han ofendido.

No nos dejes caer en la tentación y líbranos de todo mal: Gracias a la Comunión experimentaremos una nueva fuerza contra las tentaciones y nos libra de todo mal:

ANTE LA CRUZ LAS FUERZAS DEL MAL SE DILUYEN
EL MALIGNO RETROCEDE, NADA PUEDE ANTE LA CRUZ.


RITO DE LA COMUNIÓN

Vamos a renovar nuestros lazos de unión. La Familia de Dios en el Cielo, con la familia de Dios en la tierra: La Iglesia. Y expresamos esta unión con el signo de la paz: unos a otros, démonos fraternalmente la paz. Estamos cumpliendo un mandamiento divino: Antes de acercarte al altar tienes que hacer las pases con tú vecino, tú hermano.

Nos hemos reconciliado. El Sacerdote nos hace recordar el Sacrificio Pascual; parte la hostia y levanta: ESTE ES EL CORDERO DE DIOS, QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO, DICHOSOS LOS INVITADOS….

(Aquí recordamos aquel centúrión romano que, con fe, acudió a Jesús: Señor mi hija está enferma… no, no hace alta que vayas a mi casas, pues así como yo a la digo a uno de mis soldados haz éste, el va y lo hace….) Así nosotros también diremos: SEÑOR NO SOY DIGNO DE QUE ENTRES EN MI CASA….

LA COMUNIÓN

Y  es ahora cuando recibimos la comunión. Recibimos al mismo a quién hemos alabado en el Gloria y confesado en el Credo; recibimos al mismo ante quién hemos pronunciado nuestro solemne juramento; recibimos al mismo que es la nueva alianza esperada a lo largo de toda la historia de la humanidad.
La bendición y luego el “ITE MISSA EST” PODEÍS IR EN PAZ.

PAZ Y BIEN

COMENTARIO.

Con que en nuestro diario quehacer, en casa, en el mundo, sigamos viviendo lo vivido, lo experimentado en el Sacrificio de la Santa Misa.

POR EL BAUTISMO RENOVADO HOY EN LA SANTA MISA, HEMOS SIDO HECHOS HIJOS DE DIOS. PROCLAMÉMOSLO CON NUESTRO EJEMPLO.

Y LLEGADO A ESTE PUNTO, CREO DAR POR TERMINADO EL DESARROLLO DEL TEMA QUE ME HABIA PROPUESTO.

QUEDO TRANQUILO… SI,PERO…

¿SEÑOR EN CUÁNTAS COSAS ME HABRÉ PASADO?

Soy un osado pero confío en TI Señor y en esa confianza me detengo en dos cuestiones en las que creo ha hablado sólo el corazón.

“Venimos a Misa” para dar testimonio de que somos HIJOS DE DIOS. La Cruz es el medio por el que llegamos a ser partícipes de la Natúraleza Divina. Iniciamos la Misa: En nombre del Padre del Hijo y del Espíritú Santo: Es la renovación del Sacramento del Bautismo.
Iniciamos la Misa con un Sacramento (Juramento) y bajo ese juramento estamos durante la celebración.
No sé si me explico, pero yo firmemente así lo creo.

** En LA PLEGARÍA EUCARÍSITICA  se nos invita a que levantemos el corazón….. “LO TENEMOS LEVANTADO AL SEÑOR”

(Padre Nuestro que ESTAS EN EL CIELO…)

Y aquí surge mi desbordante fantasía infantil: Mi corazón está levantado mirando hacia el Cielo. El Señor preside la Santa Misa y el Señor está en el Cielo…. Y seguí soñando despierto, era como si me dijera: Mira no con los ojos humanos, sino con los de tú fantasía, se está abriendo una ventana por al que puedes ver el Cielo con sus ángeles y sus santos; fíjate como amorosamente nos saludan y bendicen.

Si, en mi ilusionada mente claramente lo ví: EN al SANTA MISA ESTABA EL CIELO EN LA TIERRA

Y ahora si que termino, no sin antes recordar: “DAD GRACIAS AL SEÑOR PORQUE ES ETERNA SU MISERICORDIA” Yo a esa Misericordia me acojo.

Sé que no quedaré defraudado.

Santa Cruz de Tenerife,  6 de abril de 2014

Precisamente hoy cumplo OCHENTA Y OCHO años de edad. Lo digo como una justificación de mi atrevimiento a meterme en “caMisas de once varas”

POR TODO DEO GRATIA

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